Linneo clasificó
a los caballos domésticos en 1758 en la especie Equus caballus. Al
demostrarse que los caballos domésticos actuales y su antepasado silvestre
extinto, clasificado como Equus ferus (caballo salvaje), pertenecían
a una misma especie debía asignársele un único nombre científico. Generalmente en casos como
éste se aplicaría el principio de prioridad usado en la nomenclatura
científica, que establece que debe permanecer como nombre específico el primero
en haber sido registrado, siendo caballusel más antiguo. Pero la Comisión
Internacional de Nomenclatura Zoológica determinó en 2003 en la opinión
2027 que los caballos actuales, al igual que otras 17 especies
domesticadas, debían nombrarse como su variedad salvaje extinta, Equus
ferus, para evitar la paradoja de que los linajes anteriores, los silvestres,
fueran nombrados como subespecies de sus descendientes. Por lo tanto el nombre
específico que prevalece para los caballos actuales es Equus ferus,
quedando el término caballus como nombre trinomial que designa a la
subespecie doméstica.1
El tamaño de los caballos varía
considerablemente entre las distintas razas, y también está influido por la
nutrición. Según su porte las razas de caballo suelen dividirse en tres grupos:
pesados o de tiro;
ligeros o de silla;
pelaje
Alazán:
crin y cuerpo de tono marrón claro o rojizo, como pelirrojo.
Albino: no es un verdadero color de
capa sino un defecto genético transmisible a la descendencia. Carece de un gen
encargado de metabolizar el aminoácido tirosina,
cuya cascada de reacciones químicas debe culminar produciendo el pigmento melanina.
La falta de melanina produce caballos blancos y de ojos rojos, albinos,
que son hipersensibles a la luz.
Los caballos con albinismo parcial o total (tobianos parcialmente albinos) no
se utilizan como reproductores y se consideran defectuosos.
Blanco: es una capa difícil de
encontrar; todo el cuerpo debe ser de color blanco, sin ningún otro tono.
Isabelo: cuerpo de color crema y la
crin y la cola de un color más oscuro, pero es distinto a un caballo que posee
una capa baya.
Negro: capa de color negro. Se
admiten zonas blancas en pies y cabeza.
Palomino:
marrón muy claro, cola y crin blancas o claras. Esta capa es poco común, pero
suele ser muy apreciada en algunas razas.
Pío:
capa de dos colores, raramente tres, en forma de manchas. Blanco y negro (pío
negro); blanco y rojo (pío alazán), etc. Existen numerosos variantes según el
tamaño y forma de las manchas (overo,
tobiano, apalusa, etc.).
Ruano:
tiene pelos entremezclados de distintos colores que pueden ir desde el alazán
hasta el blanco o el negro, con diversos tonos.
Tordo:
no es completamente blanco, sino una mezcla de pelos blancos, grises y negros.
Dependiendo de los tonos oscuros y su distribución, hay diferentes tipos. Nace
negro o de otra capa y va aclarándose con el tiempo hasta volverse blanco.
Debajo del pelo blanco se puede apreciar que la piel es negra.
Una capa uniforme es aquella que no
tiene pelos de otro color.
Barra o cordón: tiene una
línea blanca de los ojos al hocico, pudiendo ser más o menos ancha.
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